A José
Manuel le conocí una tarde de ensayos de la Macarena, donde fuimos presentados
por nuestro hermano y amigo Pedro García ya que ellos eran compañeros de
trabajadera –de ésa séptima gloriosa,
como me gusta decir- a la que yo en su día también pertenecí.
Me lo
presentó en su faceta de costalero por un lado y de hombre de cofradía por otro
en su querida Hermandad del Silencio, a donde poco tiempo después, sin
pensarlo, llegué de su mano en un gran gesto de generosidad y confianza por su
parte, para integrarme en ese proyecto maravilloso como fue la transformación
del Paso del Señor de la Fe del Silencio a costal del que, sin su empeño y sin
el de D. José Manuel Morena Aznar Q.E.G.E. , su padre, estoy seguro nunca se
hubiera llegado a alcanzar.
Jose es
un tío de los de verdad, de los que agrega y no disgrega, rasgo imprescindible
para un buen capataz. De los que van de frente y mira a los ojos cuando habla.
De los que te puedes fiar, en definitiva y se nos muestra tal cual es, en esta
entrevista concedida a Antonio Vasco.
Comprometido
y trabajador incansable, ha hecho en poco tiempo una de las cuadrillas punteras
de la Semana Santa madrileña.
Humilde
y consecuente con sus ideas –mal que le pese a veces- ¿verdad amigo?, es a pesar de su juventud, una persona con una
gran experiencia y bagaje, que ha heredado de su familia esa madera de buen cofrade
y un muy acertado criterio, pero sobre todo es mi capataz y amigo.
Te
escuchamos hermano.
Carlos León Asián
Ex costalero macareno y hermano del silencio
Me pide el
Vasco que presente al Morena un placer, hay mucho que decir: COFRADE de família
COFRADE con mayúsculas, costalero honrado, callado y compañero, de los que se
comen los kilos sin pelar y sin alardes, una garantía bajo el paso, capataz de
raza, de instinto, generoso y humilde, comanda una de las mejores y mas
recientes cuadrilla de Madrid la de nuestro Stmo Cristo de la Fe, pero ante
todo es un amigo, es mi hermano y le quiero un taco, os dejo con el Morena, no
quiero oir a nadie ahí debajo....
José Mira
Actual segundo capataz de la Hermandad del Silencio
Aquí no se debe añadir nada más, está todo dicho. Hoy compartimos costero con el capataz con más talento de Madrid. DON JOSÉ MANUEL MORENA MUÑOZ.
NOMBRE: José Manuel Morena Muñoz
LUGAR Y FECHA DE NACIMIEMTO: 21 de Febrero 1976. Madrid
1. ¿Por qué decidiste ser capataz? ¿Quién te introdujo en este mundillo o cómo
te entró el gusanillo?
No lo decidí yo; mi
hermandad tenía unas necesidades en un momento determinado y recurrió a mí para
asumir ese puesto. Y, como siempre he intentado hacer, me puse a su
disposición.
En cuanto a mis
orígenes cofrades, pura tradición familiar. Y aunque suene raro, y pese a tener
alguna raíz sevillana por parte materna, esta tradición la he vivido en esta
ciudad, que poco tenía que ver antaño con el rigor y la intensidad cofrades que
se viven en esas otras localidades que para casi todos nosotros suponen un
referente.
Siendo muy jóvenes, mi
padre y mi tío se hicieron hermanos de una hermandad llamémosle “de barrio”,
ubicada en la parroquia de Santa María la Mayor, en la calle de Villaamil. Cada
Viernes Santo salían con su cofradía vistiendo la túnica nazarena, acompañando
a su Imagen Titular, el Cristo de la Misericordia y de la Buena Muerte, llegándose
hasta la Puerta del Sol desde la zona de Cuatro Caminos, por calles como Bravo
Murillo, Fuencarral y Montera, para incorporarse al cortejo de la que por aquel
entonces era la magna Procesión del Silencio.
Años después, la
extinción de su hermandad (durante una época en la que lamentablemente no pocas
hermandades pasaron por este trance) hizo que se incorporaran a aquella
Hermandad de Cruzados de la Fe que constituía la Comisión Organizadora de la
Semana Santa Madrileña. A partir de ese momento acompañaron a la Imagen del
Santísimo Cristo de la Fe vistiendo la túnica de su extinta hermandad (ese es
el origen de los colores que hoy lucen los nazarenos del tramo del Señor).
Desde que tengo uso de
razón me recuerdo en la Hermandad. Y no se me olvidan aquellos amaneceres de cada
Sábado Santo, observando con la mirada curiosa de un niño esas túnicas, antifaces,
capirotes, capas con los bajos ennegrecidos… Hasta aquel Viernes Santo de 1984
en el que, por primera vez, vestí la túnica de mi hermandad.
ANTONIO VASCO Y JOSE MANUEL MORENA |
2. ¿Cuál es tu hermandad de cuna?
Como indicaba
anteriormente, la Hermandad y Cofradía del Silencio del Santísimo Cristo de la
Fe (por no pocos conocida por su denominación de antaño: Hermandad de Cruzados
de la Fe).
3. ¿Para ser capataz hay que ser antes costalero? ¿Crees que se debe pasar
antes por las trabajaderas para ser un buen capataz?
No lo considero
imprescindible. Y hay ejemplos de magníficos capataces que no han tocado palo
en su vida. Incluso, si no me equivoco, los Franco, Bejarano, Ariza… que
iniciaron algunas de esas dinastías tan de renombre, no fueron costaleros antes
que capataces…
Ahora bien, creo que
si se conoce de primera mano y por experiencia propia la realidad de la “gente
de abajo”, hay un valor añadido para desempeñar la labor de capataz. Te da otra
perspectiva adicional a la hora de valorar cómo va la gente y qué le puedes
pedir a la cuadrilla en un momento determinado; o para distribuir determinados
puestos en función de cada costalero o del nivel de exigencia del recorrido; o para
saber si se está sufriendo más o menos en una “revirá”… En definitiva, para
saber qué sensaciones se están viviendo ahí abajo. Como en todos los ámbitos de
la vida, cuantas más experiencias se han vivido, mayor capacidad para valorar y
aportar cosas.
Por otra parte, no es menos
cierto que el ser o haber sido costalero no garantiza ser buen capataz…
4. ¿Qué cualidades debe tener un buen capataz?
Puede haber quien
piense que la labor de esta figura consiste únicamente en igualar a la
cuadrilla, repartir el trabajo y, hala, a tocar el llamador y a pegar voces
para guiar el paso. Creo que esto es algo que puede hacer “cualquiera”...
Ser capataz supone
mucho más. Obviamente, es fundamental hacer una buena “igualá” y que toda la
gente trabaje a gusto, en su sitio, cogiendo sus kilos; ni más ni menos. Pero
no hay que olvidar que un capataz “lidera” a un grupo de personas, por lo que
habrá de gestionar personalidades, emociones y sensibilidades muy diversas; sin
olvidar que el ambiente costalero es bastante propenso a cierta vanidad. Es por
ello por lo que, en cierto modo, veo la figura del capataz como la de una
especie de “padre”; alguien que ha de ser capaz de realizar su trabajo desde el
cariño, con rigor y ciertas dosis de disciplina, ganándose el respeto de su
cuadrilla, pero nunca desde el autoritarismo.
La Junta de Gobierno
asigna una función al capataz; y como tal ha de cumplirla. Es el nexo de unión
entre esta y un colectivo importante dentro de la hermandad como es el de las
cuadrillas, por lo que ha de ser capaz de transmitir a “su gente” ese espíritu
de hermandad que ha de primar en el trabajo del costalero; esas prioridades que
las cuadrillas han de tener presentes: que están “al servicio” de la hermandad
y que su función no es otra que la de, con su trabajo, contribuir a que la
cofradía dé testimonio público de fe con las que son sus Imágenes Titulares.
Ahora bien, teniendo
siempre presente que lo primero es “su gente de abajo”... No hablamos de mulas
de carga, sino de personas que voluntariamente se prestan a realizar un trabajo
de gran exigencia para el cuerpo y el organismo, por lo que es primordial velar
por su salud e integridad físicas, para que puedan desempeñar esa bendita labor
que tienen asignada de la mejor forma posible.
Por eso es fundamental
que el capataz se sienta responsable de su gente; que conozca bien a todos y
cada uno de sus costaleros, sus capacidades, tanto técnicas como físicas, de
cara a hacer un reparto del trabajo acorde a las mismas (también para ello han
de servir los ensayos; no solo para trabajar la forma de andar, cómo hacer las
vueltas en una u otra calle o practicar las “levantás”).
5. ¿Cuáles son las diferencias, en tu opinión, entre el capataz antiguo y
el actual?
Siendo la labor del
capataz la que es, simplificando simplemente a lo que es la esencia del trabajo
a desempeñar, la verdad, creo que apenas existen diferencias más allá de las
que se puedan derivar de las propias de los años en que a unos y a otros les ha
tocado desarrollar su trabajo, y que han podido condicionar, eso sí, la manera
de configurar sus cuadrillas.
Quizá, si acaso, y
simplemente por las circunstancias de la época y las propias características de
las hermandades de antaño, pudieran ser algo más preeminentes que ahora esas
que se podrían denominar “cuadrillas de capataces”; algo que, no obstante, en
cierta medida sigue estando presente en nuestros días.
6. ¿Y entre el costalero antiguo y el actual?
Creo que existe una
especie de mito en esa referencia al “costalero profesional” de antes; un
adjetivo que en ocasiones se ha asociado al lucro personal del costalero a
través de los pasos –aun cuando en algún caso fuera por necesidad real de un
sobresueldo–, por lo que ha adquirido un carácter que a veces se interpreta con
cierto tono despectivo. Sin embargo, decía Luis León que los costaleros sacaban
pasos por afición, y que el dinero obtenido por ello lo empleaban en “sacar a
sus hijos en la Feria”. Y Pepe Cruz, que en su cuadrilla tenía “tres
ventanilleros del Banco Vizcaya, cinco carniceros del mercao de la Feria,
cuatro empleados de Renfe, verduleros del mercao de Triana, futbolistas, hasta
toreros”.
Vamos, que testimonios
como estos vienen a contradecir en cierto modo algunas de esas afirmaciones
respecto a gente muy humilde (que también la habría) que se hacía toda la
“corría” por pura necesidad de recursos. También el de la “gente del muelle”,
pues aunque este pudiera ser el origen, parece ser que en las cuadrillas se
podían encontrar representados varios gremios.
Por lo tanto, por
salirnos un poquito de esa tendencia habitual a plantear este tema desde la
perspectiva de las diferencias entre los antiguos y los de ahora, creo que en
ese sentido pueden existir ciertas similitudes entre el costalero antiguo y el
actual; en ese puntito de afición innegablemente vinculado al mundo del costal.
Con la diferencia de que antaño, el costalero cobraba por su trabajo, mientras
que en la actualidad, es el costalero quien paga a la Hermandad la papeleta de
sitio y, en su caso, la cuota de Hermano.
JOSE MANUEL CON SANTIAGO NISTAL Y PEDRO GARCÍA, CONTRAGUIA DEL SANTISIMO CRISTO DE LA FE |
7. ¿Es posible mantener una relación de amistad con un costalero de la
cuadrilla?
No veo por qué no. Al
menos en mi caso, así es. Tanto en mi cuadrilla como en aquellas de las que formo
parte como costalero. Ahora bien, es importante que todos tengamos claras
nuestras funciones en cada momento, diferenciando claramente el rol de cada uno
y asumiendo como máxima que cuando se está al trabajo, se está al trabajo. Después,
ya habrá tiempo de compartir chanzas, anécdotas y cervecitas. Cada cosa en su
momento.
En ocasiones no es
fácil mantener ese equilibrio; por eso es importante establecer bien ciertos
límites desde un principio y que cada uno tenga claro cuáles son sus
responsabilidades. Y que exista una confianza plena del capataz en su cuadrilla;
y, sobre todo, de la cuadrilla en su capataz.
8. ¿Compartes la opinión de algunos capataces o hermandades de no permitir
entrar en sus cuadrillas a determinados costaleros por el hecho de sacar otras
hermandades en días anteriores?
No, nunca pondría a nadie
en la tesitura de tener que elegir. Yo, como costalero, no cumplo con ello, por
lo que no tengo autoridad moral para exigírselo a los demás. Por otra parte,
teniendo en cuenta cuál es la realidad de nuestra ciudad, creo que imponer eso
es tirar piedras sobre nuestro propio tejado.
Ahora bien, sí es
cierto que para conciliar esta realidad con un buen trabajo en cada paso es
importante, como afirmaba antes, conocer las capacidades de la gente que tienes
a tu cargo. Poder discernir en cierto modo cómo de castigado puede venir un
costalero tras una o más salidas anteriores y hasta qué punto va a ser capaz de
desempeñar su función ahí abajo. Y tenerlo también en cuenta a la hora de
repartir el trabajo.
En cualquier caso,
esto debiera ser algo que partiera del propio costalero, que debe ser honesto –consigo
mismo y con sus compañeros– y conocer dónde están sus límites y hasta qué punto
es capaz de estar al 100% en las distintas cofradías que saque.
9. Un costalero debe hacerse hermano. ¿Cómo ves esa obligación en algunas
hermandades?
Volviendo a la
realidad de nuestra ciudad, no creo que exigirlo sea una buena medida. De
hecho, ha habido hermandades que en su día lo impusieron y que ahora, con
circunstancias nuevas y distintas a las existentes cuando lo hicieron, se han
visto obligadas a recular. U otras que así lo exigen, pero que a la hora de la
verdad no lo cumplen plenamente.
Dicho lo cual, considero
que ese debiera ser el ideal. Al igual que lo son, por ejemplo, quienes visten
la túnica, debieran serlo los costaleros como parte activa dentro de cualquier
hermandad. Hay que tratar de conseguir que así sea, lograr que el costalero se
implique en –y colabore con– la hermandad más allá de su función en la salida
procesional. Y el primer paso para ello es formar parte de la nómina de
hermanos. Pero no imponiéndolo, sino tratando de hacer ver cuál es la difícil
realidad de nuestras hermandades en una ciudad como Madrid y cuán necesaria es
la colaboración por parte de todos para poder seguir disfrutando de ellas.
Por otra parte, sí me
gustaría aprovechar para “partir una lanza” en favor de los hermanos
costaleros, a los que en no pocas ocasiones se les acusa de no asistir a cultos
y actos y no colaborar más allá de la función que desempeñan debajo del paso. No
digo que no sea cierto –aunque no conviene generalizar–, pero también me surge
una pregunta: ¿cuántos hermanos de los que visten túnica asisten a esos actos y
cultos y colaboran en el día a día de la hermandad? El costalero siempre parece
estar en el disparadero por esta cuestión, cuando en mi opinión, aparte de la
Junta de Gobierno y el reducido número de hermanos de rigor que mantienen en
funcionamiento a las hermandades a lo largo del año, es el grupo que mayor
compromiso muestra si tenemos en cuenta reuniones y ensayos previos a la salida
procesional.
IGUALANDO A LA SEGUNDA DEL PASO.. |
10. ¿Qué destacarías de la cuadrilla de la Hermandad del Silencio?
Antes de nada, quisiera matizar
algo: en no pocas de las ocasiones en las que se habla de esta cuadrilla se
hace referencia a costaleros de otras hermandades, obviando a gente que ya
salía como andero del Señor antes de iniciar el proyecto de la cuadrilla de
costaleros y que hoy por hoy forma parte de la misma; a gente que se ha
acercado a esta cuadrilla sin haber trabajado nunca debajo de un paso; a costaleros
que únicamente desempeñan su trabajo en esta hermandad.
Por propia experiencia puedo afirmar que esta es una
realidad de todas y cada una de las hermandades de Madrid. En todas ellas se puede
encontrar a gente que saca varias cofradías. Su hermandad de cuna, como la
llamabas anteriormente, así como sus llamémosle devociones principales,
difieren en unos casos y en otros; pero forman parte de varias
cuadrillas.
Cuando empecé a trabajar en la constitución de la
cuadrilla, empleando como base la anterior de anderos (lo que, obviamente, no
resultó nada fácil), únicamente recurrí a dos personas con las que había
compartido trabajo como costalero; por afinidad, confianza, empatía y cariño.
Ellos dos, junto con otro “hermano” (también compañero de trabajadera) que
apenas un año antes me había dicho que si el Santísimo Cristo de la Fe salía
algún día a costal, él estaría ahí abajo, fueron los únicos costaleros
veteranos que de primeras entraron a formar parte de la cuadrilla. También
recurrí, claro está, a Pedro García Aguado (con quien, hasta su retirada, tuve
la suerte de compartir trabajo en la séptima del palio de la Esperanza) y a
Carlos León Asián, un tándem con una gran experiencia en el mundo del costal
que no hace sino que cada día me sienta tremendamente orgulloso y afortunado
por el hecho de tenerlos en mi equipo.
A nadie más pedí que se incorporara a mi cuadrilla; ni
en un principio ni después. Fue algo que se vino sucediendo con la misma
naturalidad con la que ocurre en otras cuadrillas.
Así pues, se trata de una cuadrilla en la que han
confluido la experiencia y veteranía de magníficos peones que llevan
desempeñando la labor de costaleros desde hace muchos años con la ilusión y las
ganas de quienes han conocido esta realidad recientemente y la viven con esa
pasión de quien está empezando en el mundo del costal; esa que algunos olvidan
cuando llevan tiempo en el palo y confunden lo que verdaderamente nos motiva
para ser costaleros…
Y con todo el trabajo
que aún queda por delante, creo que no me equivoco al afirmar que en un tiempo
récord se ha convertido en una gran cuadrilla; fundamentalmente por ese
compromiso, ilusión y forma de trabajar que han asumido y que hacía tiempo que
yo no veía bajo las trabajaderas. Sin olvidar que hemos debido conciliar
realidades muy diversas del mundo costalero…
En definitiva, se
trata de un grupo donde por encima de otras cuestiones, todos somos compañeros
y nadie se considera más que el otro; en el que todos aportamos cosas en base a
nuestra experiencia; un grupo en el que los unos aprendemos de los otros y
donde cada uno asumimos nuestra función y el papel que nos corresponde
desempeñar. Todo ello con la ilusión y el entusiasmo del primer día, intentando
contribuir a engrandecer, primero, a nuestra Hermandad y a lo que esta
representa; después, a la Semana Santa de nuestra ciudad.
PRIMERA CUADRILLA DE COSTALEROS DE LA HDAD. DEL SILENCIO |
11. En todos los pasos hay que mejorar cosas… ¿Qué mejorarías en los pasos
donde mandas?
Actualmente solo mando
un paso. Y siempre hay cosas que mejorar; más aún si cabe en el caso de esta
cuadrilla, que está como quien dice “en pañales”. Si bien es cierto que en muy
poco tiempo se ha trabajado muy bien y se ha alcanzado un nivel bastante
óptimo, hemos de evitar caer en la autocomplacencia y ser conscientes de que aún
tenemos trabajo por delante para alcanzar el nivel que todos deseamos. Y creo
que eso lo tenemos muy claro tanto el equipo de capataces como la propia
cuadrilla.
12. Defíneme en pocas palabras cómo
debe ser un costalero.
Honesto y humilde,
responsable y comprometido con lo que está haciendo; con capacidad de
sacrificio y una gran dosis de compañerismo; respetuoso y con plena confianza
en su capataz (si no la tiene, mejor que opte por otras alternativas a la hora
de participar con su cofradía; que las hay). Y siempre teniendo presente que
está “al servicio” de la Hermandad y, por supuesto, de las Imágenes del Señor o
de Su Madre que porta sobre su cerviz.
En cualquier caso, se
ha de tener claro que un paso no se saca rezando… Que no se me mal interprete,
pero hay quien argumenta que ser costalero de una determinada Imagen es “lo más
grande”; que está ahí abajo por la devoción que le tiene. Eso está muy bien, y
siempre ayuda, pero no hay que olvidar que cuando caen los kilos, hay que
apretar los dientes y tirar de “casta”, de esa “raza costalera” que no todo el
mundo tiene (volvemos, pues, a la honestidad del costalero…). Y vuelvo a
insistir, hay otras formas de participar en una cofradía y de cumplir con las
devociones a nuestras Imágenes…
13. Es más difícil igualar un paso o dirigir un paso.
Una buena “igualá” es
la base para que el costalero trabaje en las mejores condiciones posibles. No
creo que exista una especial dificultad a la hora de hacerlo, pero sí hay que
dedicar a igualar todo el tiempo que sea necesario. Y después, cerciorarse de
que se ha hecho correctamente; comprobando posturas, mirando cuellos para ver
que el trabajo ha caído en su sitio… Y si no, detectar dónde está el problema;
si se trata de un error derivado de la propia “igualá” (que puede ser), de la
regulación de las trabajaderas, o si se debe a cómo lleva la ropa el costalero
en cuestión, lo que puede provocar que no esté trabajando correctamente.
En cuanto a lo de
mandar un paso, evidentemente los hay más “fáciles” y más difíciles. Ahora
bien, como ya he dicho antes, hacer que un paso ande (ni mejor ni peor;
dignamente) “lo puede hacer cualquiera”; basta con tener sentido común, cierto
sentido de la proporción y un poquito de visión espacial”.
14. ¿Qué estilo te gusta más para que ande un paso?
“Siempre de frente”… Por
lo general, no me gustan las “chucherías”, salvo para algunos pasos de Misterio;
y en su justa medida. Por poner un ejemplo, a mí particularmente no me gusta el
andar de esa cuadrilla de San Gonzalo tan admirada por algunos, que en mi opinión
no es sino una especie de “coreografía” mal entendida (para eso, prefiero la
Presentación al Pueblo de San Benito; o “el olivo” del Beso de Judas de
Redención andando de costero). Para andar de categoría no hace falta estar
continuamente metiendo izquierdos o alternando hasta la saciedad el andar sobre
los pies con el andar de costero… Ojo, que aunque pueda parecer una
contradicción según lo que estoy diciendo, soy un enamorado de los andares de quien
tiene “Su casa” en la calle Pureza; pero por ser ese paso el que es y por
representar lo que representa: Triana “en estado puro” y su forma de entender y
sentir la Semana Santa… Ahora bien, me quedo con el “Herodes” de la Amargura; con
Carretería; con Montserrat; con Santa Marta…
En cualquier caso, depende
de cada paso; de sus características, de su iconografía y, por supuesto, del
estilo, de la idiosincrasia e incluso de las circunstancias por las que pueda
estar atravesando la hermandad, que es la que habrá de definir el estilo de la
cofradía.
ESTA CUADRILLA ES LA PRIMERA QUE PUDO SALIR A LA CALLE....POR SUERTE, FORMO PARTE DE ELLA. |
15. Si tuvieras que mandar un paso que tiene una forma de andar distinta a
tus gustos, ¿lo harías?
Insisto en que, a mi
entender, ese tipo de cuestiones las ha de determinar la Hermandad; su Junta de
Gobierno, que es “soberana”, en connivencia con el capataz, claro está, que es
a quien a la postre le corresponde ejecutar la tarea. Obviamente, si como
capataz no comparto la pauta establecida, lo primero que haré será transmitir
mi opinión, aportando los argumentos por los que considero que las cosas se
habrían de hacer de otro modo.
16. ¿Qué es más difícil, dirigir un paso con música o sin música?
Para el capataz, no
creo que exista especial dificultad a la hora de hacerlo en un caso u otro. Sí
es cierto, por el contrario, que para la cuadrilla puede resultar más sencillo andar
con esa referencia que siempre supone la música.
Por otra parte, creo
que en el caso de Madrid esta es una cuestión de costumbres. Quiero decir que
en nuestra ciudad, donde los recorridos que hacen las cofradías son “cortos”,
los pasos raramente andan, por lo que el costalero no está acostumbrado a
hacerlo, cuando hay ocasiones en que hay que olvidarse de la música y limitarse
a andar por derecho.
No obstante, vuelvo a
lo mismo: depende de las características del paso, de la iconografía de las Imágenes…
No es lo mismo un “pasopalio” que un “pasocristo”; y dentro de estos, un
Nazareno que un Crucificado… Tanto a la hora de andar con música como a la de
hacerlo en silencio o acompañado de unos “pitos”…
SANTISIMO CRISTO DE LA FE |
17. Los pasos se llevan con el cuerpo o con el corazón.
He visto auténticos “armarios”
que a las primeras de cambio se han “arrugao” bajo el palo. Y a flacos que a
priori parecen unos enclenques, tiesos como una estaca en los momentos en que
más kilos caen…
18. ¿Qué cofradía te gustaría sacar que no fuera la tuya?
Siempre me he
considerado más costalero que capataz, y, como he dicho, mi llegada al martillo
fue digamos circunstancial. Por lo tanto, a día de hoy, como capataz no tengo
ese anhelo.
No obstante, como ya
he dicho, siempre intentaré estar al servicio de mis hermandades, para, en la
medida de mis posibilidades, aportar cuanto de mí precisen.
19. Cuál es el primer consejo que le darías a un joven costalero que empieza
en el mundillo.
Que trate de hacer
suyas esa honestidad, humildad, responsabilidad, compromiso, capacidad de
sacrificio y compañerismo a los que antes hacía referencia. Que antes de
hacerlo, tenga claro a qué se expone el que se mete bajo las trabajaderas; y
que si, llegado el caso, no se ve capacitado para desarrollar esta labor, tenga
el valor y el coraje de transmitirlo; que no trate de esconderlo por el simple
hecho de querer ser costalero a toda costa.
Y, por supuesto, que
observe y pregunte cuanto considere oportuno. Nadie nace sabiendo, y todos,
aunque en ocasiones se nos olvide, hemos pasado por esa primera vez bajo la
trabajadera, en la que hay una mezcla de respeto, nervios, ilusión y, sobre
todo, sensaciones nuevas y extrañas: uno no sabe si va bien colocado; si va
cogiendo muchos kilos o pocos; o siente que le "escupe" el palo; o
esa rigidez en las piernas de las primeras “chicotás”; o se "asusta"
por la "violencia" a la hora de hacer las “levantás” y recibir el
paso…
En mi caso, suelo
asignarle un “padrino” al costalero que empieza (aunque los hay que no lo
necesitan, pues parecen haber nacido con una especie de gen para desempeñar
esta tarea); generalmente, un compañero de trabajadera veterano que le
explique, le ayude y esté pendiente de él hasta que, poco a poco, se vaya
haciendo con el trabajo. Independientemente de que el resto de compañeros que
le rodean y los propios capataces estemos atentos a su evolución y a resolverle
cualquier inquietud o duda que pueda surgirle. Hay que intentar que el
costalero que empieza se sienta parte del grupo desde el primer momento en el
que entra a formar parte de la cuadrilla; que desde el principio tenga plena
confianza en todo el equipo de capataces y en el resto de compañeros.
IGUALANDO A RAFA DORADOR |
20. Una persona como tú, tantos años en este mundo… Quisiera que me respondieras
a esta pregunta: ¿Están los capataces madrileños a la altura de los pasos que
sacan a la calle? ¿Qué opinión te merecen? ¿Crees que en Madrid hay mejores
cuadrillas que capataces?
Obviamente, tengo mis
opiniones al respecto, pero me guardaré muy mucho de decirles a los demás cómo tienen
que hacer las cosas y entrometerme en su labor. Como costalero, llegado el
caso, podré dar mi opinión a mi capataz respecto a algo; primero, en privado, y
si él lo considera oportuno, en público, ante el resto de la cuadrilla. Creo
que es legítimo, además de saludable, fomentar ese intercambio de ideas o
criterios. Ahora bien, mis opiniones desde la perspectiva del capataz en un
paso al frente del cual no esté las transmitiré única y exclusivamente si así
se me pide desde la hermandad; para, de ser el caso, aportar mi granito de
arena para mejorar las cosas.
En cualquier caso, aún
tengo mucho, muchísimo que aprender; y así trato de hacerlo cada día. De los
capataces a cuyas órdenes trabajo, de quienes forman parte de mi cuadrilla o de
mi equipo en “El Silencio”; y a base de observar y observar el trabajo delante
de los pasos de tantas y tantas cofradías.
21. ¿Te gusta un equipo de auxiliares corto o amplio?
Tres auxiliares: un
segundo y dos contraguías. En mi opinión, siendo las características de las
cofradías madrileñas las que son, más que de sobra. Tareas como las de listero
las puede desempeñar cualquiera de los auxiliares…
22. Entenderías al capataz que cobrara dinero por los servicios que presta a
la hermandad
Nunca. No lo concibo…
23. Dime cuál es el paso que mejor anda en Madrid y cuál es la mejor
cuadrilla.
La cuadrilla del palio
de “Los Estudiantes” es, en mi opinión, la cuadrilla más cuajada a día de hoy.
Y, sin lugar a dudas, como consecuencia de ello, ese palio es el paso que mejor
anda en Madrid. Me consta que se ha tenido que trabajar mucho para alcanzar
este nivel, pero para quienes hayan contemplado el discurrir de esta cofradía
desde sus inicios, creo que este hecho resulta evidente.
La del Señor de la
Salud también ha alcanzado un nivel muy bueno. Hace unos años no andábamos así,
y viendo cómo anduvo en la primera salida que hicimos desde la Iglesia del
Carmen en 2010, y, sobre todo, la pasada Semana Santa, creo que la evolución
salta a la vista. Además, Curro (Francisco Lara) está desarrollando un
magnífico trabajo desde que cogió el martillo.
ESPECTACULAR ESTAMPA DEL VIERNES SANTO |
24. Respecto a la educación cofrade del público en Madrid a la hora de ver
los pasos, ¿qué opinión te merece?
Siempre he dicho que
la ortodoxia está muy bien depende de para qué cosas, y que en ocasiones, una
ortodoxia mal entendida puede hacer que se critiquen ciertos aspectos de las
cofradías sin entrar a valorar otras consideraciones que pueden justificarlas.
Ahora bien, quizá sea este uno de los aspectos en los que me sale el ramalazo
“pureta”, pues me ponen relativamente nervioso ciertos comportamientos del
público que presencia el discurrir de nuestras cofradías (ya se sabe: los
aplausos inoportunos o “inapropiados”, las voces jaleando a los costaleros...).
No obstante, comprendo que no es sino la manifestación de sus emociones ante el
paso de las Imágenes; y no olvidemos que vivimos en una ciudad donde la cultura
cofrade no es la que nos gustaría (aunque esos comportamientos también se
producen, aun cuando en menor medida, en otras ciudades mucho más cofrades).
Pero, la verdad, a no
ser que las cofradías se planteen incorporar a sus cortejos como nueva figura
cofrade la de un regidor que con sus correspondientes cartelitos de “aplausos”
y “silencio” vaya indicando al público lo que corresponde en cada momento y
para cada cofradía, conseguir que el público se comporte como nos gustaría a la
mayoría de nosotros se me antoja complicado.
25. ¿Crees que los costaleros de hoy día piensan más en la estética y el
figureo que en sus Imágenes o en centrarse en el trabajo?
No conviene
generalizar, pero como decía, creo que es este un colectivo relativamente
propenso a la vanidad, en el que pueden darse casos en los que en un momento
determinado se pierdan ciertas referencias respecto a lo que realmente ha de
representar la figura del costalero. Por eso, en ocasiones conviene recordar
que el costalero no es imprescindible, y que ha de huir de ese excesivo
protagonismo que de unos años a esta parte parece haber adquirido.
Por ejemplo, una
cofradía no sería tal sin la figura de los nazarenos; no podría realizar su
salida procesional o estación de penitencia sin ellos. Sin embargo, sí podría
salir a la calle sin costaleros (independientemente de gustos y preferencias en
cuanto a estilos).
Decía Antonio Santiago
que cuando tiene que “bajar los humos” a un costalero, le saca del paso y se
pone a hablar con él. Y mientras lo hace, manda a su segundo levantar el paso y
que lo haga andar, momento en el que aprovecha para decirle al costalero: “lo
ves; ni tú ni yo estamos ahí; y el paso va andando. Nadie es imprescindible…”.
Buena lección, ¿no?
Si hablamos de
costales de colores, pantalones remangados, camisetas de tirantes…, la verdad,
aun cuando me considero “bastante clásico” al respecto, es algo a lo que no le
doy importancia (a expensas, claro está, de cuanto disponga la hermandad en
este sentido). Lo importante es que cuando se esté ahí abajo, el costalero
trabaje como es debido.
26. En tu caso, esto lo consideras afición, devoción, una moda, un hobby…
Cualquiera que forme
parte de una hermandad; cualquiera que participe en la salida procesional de su
cofradía, sea del modo que sea, ha de estar, a priori, motivado por la
devoción. De lo contrario, creo que carecería de sentido hablar de ciertas
cosas… Ahora bien, que el mundo del costal tiene un componente de “afición”, es
indudable.
“Moda” o “hobby” son
adjetivos que en ningún caso tendría sentido aplicar al mundo de las cofradías.
27. No sé si habrás cumplido tu sueño como capataz… En el caso de que lo
hubieras hecho, ¿cuál ha sido?
Nunca soñé ser
capataz. Por lo tanto, nunca tuve sueños asociados a mi labor al martillo.
28. ¿Crees que el mundo del costal madrileño goza de buena salud?
Creo que resulta
evidente que de un tiempo a esta parte ha experimentado un cierto crecimiento.
Basta mirar las “igualás” de este año, donde a todas las cuadrillas se ha
incorporado gente nueva. Ahora bien, una cosa es que a igualar se acerque gente
interesada en el mundo del costal y otra muy distinta que luego, a la hora de
la verdad, no voy a decir todos, pero sí al menos una mayoría de ellos se
conviertan en buenos peones. En ese sentido, creo que aún hay tarea por
delante.
No obstante, en estos
últimos años la gente de abajo ha aprendido mucho del oficio a base de, entre
otras cosas, compartir trabajo con gente de otras cuadrillas distintas a las
suyas. Quedémonos con ello y confiemos en que esto nos permita seguir
evolucionando…
29. Dime el mejor y el peor momento que recuerdas delante de un paso.
El Viernes Santo del
año pasado (en 2011 no pudimos salir por las inclemencias del tiempo) estuvo
repleto de momentos maravillosos. Metido en plena faena, uno no es consciente
de ellos, pues anda pendiente de desempeñar su trabajo, por lo que hasta que no
termina todo y van pasando los días, no empieza a “saborear” lo sucedido
durante esas horas en que la cofradía está en la calle. En cualquier caso, me
quedaré con esa primera “levantá” dentro de la iglesia por la memoria de mi
padre, que tanto tuvo que ver en que este proyecto tan bonito se materializara
y a quien debo esta pasión por el mundo de las cofradías.
A día de hoy, toquemos
madera, no he pasado momentos malos delante de un paso; ni hace unos años con
el paso de andas ni ahora con el nuevo paso. Complicados, sí, pero no malos.
30. Me tienes que decir ese lugar cofrade que nunca te perderías en la Semana
Santa madrileña.
“Los Estudiantes” por
Independencia, Lazo, Unión… Los Gitanos por la calle Correos (y este año, sin
duda, será muy bonito ver a esta cofradía subiendo por la calle de la Paz para
salir a la calle de la Bolsa; o bajando ya de vuelta por San Cristóbal); Gran
Poder y Macarena por Señores de Luzón; “El Silencio” en la Plaza de Matute o
por las calles Cervantes, Quevedo, Lope de Vega, llegándose al Convento de San Ildefonso
de las Madres Trinitarias… También he visto imágenes de “Siete Dolores”
saliendo a la Plaza de la Villa por la calle del Codo que representan
maravillosas estampas cofrades de nuestra ciudad… Hay rincones muy hermosos
para ver el discurrir de nuestras cofradías.
31. Una salida y una entrada que te parezcan espectaculares en la Semana
Santa madrileña.
Si hablamos de
dificultad, creo que es evidente… Aunque me quedo con la salida del Señor de la
Salud por esa puerta que da a la calle que lleva su nombre.
Por lo que representan
esos recuerdos de infancia y adolescencia, la entrada en San Isidro tanto del
Gran Poder como del palio de la Esperanza.
32. Dime ese capataz en el que hay que fijarse… ¿Por qué?
En mi caso, tengo dos
referentes: mi “hermano” Julio Cabrera y Manuel Marín. He trabajado (y lo sigo
haciendo) como costalero a las órdenes de ambos; y de los dos he aprendido mucho.
Siempre entregados a su cuadrilla; con rigor y criterio a la hora de hacer las
cosas. Cercanos, pero a la vez imponiendo su manera de trabajar desde el
respeto y el cariño a su gente. Y humildes, pese a que por currículum cofrade
podrían ser de los que anduvieran sacando pecho…
Con estos dos
referentes, no necesito mentar a nadie de los de “allá abajo” (que supongo que
es lo que cabría esperar al responder a esta pregunta). Bueno, sí; citaría a Manolo
Santiago, que en paz descanse. Lo que transmitía y cómo lo transmitía este
hombre cada vez que hablaba a sus cuadrillas… Tela…
JOSE MANUEL CON JULIO CABRERA, ACTUAL CAPATAZ DE LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS DE LA HDAD. DE LOS GITANOS DE MADRID. COSTALERO DE LA HDAD. DEL SILENCIO |
33. Y ese costalero al cual admirar… ¿Por qué?
Imposible decir un
nombre… Por una parte, en todos estos años he compartido trabajo con magníficos
peones. Y tengo la suerte de que no pocos de ellos han querido participar
conmigo en este bonito proyecto que a día de hoy es ya una realidad. Por otra,
de esta cuadrilla han surgido igualmente grandes costaleros que,
sorprendentemente, en un lapso tan corto de tiempo, están demostrando virtudes
que solo se adquieren con el paso de los años. Todo ello me hace sentirme muy
orgulloso, aparte de un privilegiado por tener a “mis órdenes” gente de tanta
categoría
Dicho lo cual, cualquiera
que se tira la ropa y se mete debajo de un paso, trabajando por derecho, con
ese compromiso y entrega que debe demostrar quien se considera costalero,
merece mi admiración.
34. Dedica una “levantá”.
Por toda la gente que
pasa penalidades y sufre en cualquier lugar del mundo; para que muy
especialmente los cofrades, por representar lo que representamos, y aunque solo
sea a través de esas pequeñas cosas tan importantes que en ocasiones no
valoramos, seamos capaces de contribuir a aliviar su sufrimiento…
35. Una banda de música.
El Carmen de Salteras.
36. Una agrupación musical.
Arahal y, cómo no, “La
Cena”.
37. Una banda de CC y TT.
Cigarreras.
38. Elígeme una marcha de cada estilo.
Banda: Alma de la Trinidad; Madre Hiniesta; Amarguras; Soleá dame la mano; Reina
de San Román; Hosanna in Excelsis…
Agrupación: A los sones de un sentimiento; Redención, Pasión y
Amargura; En este valle de angustias; Aurora de Resurrección; Christus Vincit; Serva
la Bari; Oh bendita Estrella…
CC y TT: Silencio Blanco; Pasión, muerte y resurrección; Pentecostés; Sangre;
Señor de Sevilla; A esta es; El embrujo de Triana…
Ah, que solo era una…
39. Por último, ¿qué le falta a la Semana Santa madrileña para poder hacerla
más grande?
Siempre que surge este
tema se habla de una carrera oficial (con estación de penitencia en la
Catedral), de la creación de más hermandades… Creo que estas opiniones se dan
desde el corazón, motivadas por ese deseo que todos tenemos de que nuestra
Semana Mayor responda a unas características determinadas. Son anhelos que sin
duda todos los cofrades madrileños compartimos; sin embargo, la realidad es la
que es, y hay que ser coherente con ella. Y, sobre todo, ser conscientes, de
una vez por todas, de que nuestra ciudad –y, muy especialmente, su ambiente
cofrade– nada tiene que ver con Sevilla, Córdoba, Huelva, Granada, Málaga… (por
hablar de algunas ciudades de esa referencia geográfica que para “todos” los
cofrades representa el Sur).
Hoy por hoy, una
carrera oficial de esas características es en mi opinión inviable. Es cierto
que hay hermandades que por “proximidad” podrían llegarse a la Catedral, pero
pensemos que otras, como Medinaceli o “El Silencio”, para ir y volver de
regreso a su sede, tendrían que pasarse en la calle entre diez y doce horas. Y
eso, hoy por hoy, es inasumible. En primer lugar, por la propia realidad de las
hermandades y por los recursos (fundamentalmente humanos) de los que disponen;
también, porque estamos hablando de una ciudad como Madrid, donde el público
vive la Semana Santa de una manera que dista muy mucho de cómo lo hace el de
otras ciudades (imaginemos una cofradía de vuelta a su templo bien entrada la
madrugada. ¿Qué público habría en la calle a su paso?).
Me encantaría ver más
hermandades en nuestras calles pero, por muchos motivos, Madrid es una ciudad
muy compleja desde el punto de vista cofrade. Y teniendo en cuenta las
dificultades que continuamente han de afrontar nuestras hermandades, no puedo
sino ser escéptico al respecto. Es evidente que su evolución en poco más de una
década ha sido muy significativa; y si nos remontamos a los años ochenta y
comparamos la realidad de entonces con la de ahora, podemos comprobar que el
nivel actual de las cofradías es “excelente” en comparación con aquellos años;
y que todo el esfuerzo y el trabajo realizado está dando sus frutos. Aunque aún
quede mucho por hacer…
Ahora bien, pese a
esta indudable mejoría en todos los ámbitos, continuar evolucionando resulta
complejo. Basta con ver los cortejos de las cofradías, por lo general bastante
cortos; incluidos los de hermandades como Gran Poder y Macarena (que cuenta con
un número de hermanos elevado), Estudiantes o Gitanos –por citar algunas de las
que quizás puedan tener un mayor “tirón” y una mayor afluencia de público en
las calles–, que superan, sí, pero no por mucho, el centenar de nazarenos. Solo
“El Pobre” pone en la calle un cortejo que podríamos considerar “amplio”. Sin
olvidar que no pocos cofrades (hermanos de a pie y, sobre todo, costaleros)
forman parte de varias hermandades.
Aunque no por ello
vamos a renunciar a seguir trabajando por y para nuestras hermandades; tratando
de potenciar su funcionamiento interno y esforzándonos en sentar sus bases;
intentando incrementar las nóminas de hermanos (ardua tarea) y conseguir así cortejos
más amplios y vistosos. Persiguiendo ese objetivo común que ha de suponer el
descubrir esta realidad a quienes la desconocen, aun cuando la colaboración de
instituciones, medios de comunicación y otros entes u organismos que en otras
ciudades se implican activamente en la vida cofrade sea prácticamente nula
(cuando no contraproducente), lo que supone un hándicap adicional para la
difusión de nuestra Semana Santa.
Y debemos hacerlo
desde la unión y el compromiso de todos; trabajando, sí, cada uno en la que es
su hermandad, pero estrechando lazos y colaborando conjuntamente para
engrandecer nuestra Semana Santa, lo que redundará en beneficio de todos. No en
vano, disponemos de un Consejo Diocesano de Hermandades y Cofradías –en no
pocas ocasiones criticado por quienes desconocen algunas realidades y
dificultades internas de nuestra idiosincrasia cofrade–, que cada vez va
ganando más presencia (aun cuando para el desarrollo de su actividad se encuentre
con continuos obstáculos de todo tipo), que poco a poco va llevando a cabo
iniciativas, como los Encuentros anuales de Juntas de Gobierno, que tratan de
fomentar la comunión entre todas las hermandades y ese nexo de trabajo conjunto
tan necesario para enriquecer nuestra Semana Mayor; la revista de Semana Santa,
cuyo segundo número verá la luz en esta próxima Cuaresma, o ese esperado DVD en
el que se recogen imágenes de las salidas procesionales de todas nuestras
hermandades y que pretende dar a conocer esa gran desconocida que es la Semana
Santa madrileña.
40. ¿Qué te parece el blog?
Una nueva y magnífica iniciativa
para dar a conocer este mundo del costal que tanto nos apasiona y esa realidad
de las cofradías de nuestra ciudad; tan necesitadas de difusión y apoyos.
Gracias por tu
esfuerzo…
Vaya pico tiene el Morena..... Espectacular entrevista.
ResponderEliminarGrande Morena...
ResponderEliminarLa demostración del que es cofrade y tiene "ese pellizco", sin importar la edad, puede ejercer cualquier rol que se le asigne... Y si, además, tiene el don de saber trasmitir a su gente lo que tiene en la cabeza y en el corazón... ¡¡SE CONVIERTE EN UN GRANDE!!
justo como Morena...
No se esperaba menos de ti. Deliciosa entrevista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy biena entrevista vasco y aun mejor Morena,un ejemplo para muchos incluyendome,y al martillo mejor imposible pixa
ResponderEliminarEnhorabuena , entrevista desde el corazon, de una persona que antetodo es cofrade independienteme del trabajo que realice.
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