El
Sol del siglo XVI, el Sol de la
Esperanza que viene a rememorar a las Dolorosas de este siglo
en el mes de los Fieles Difuntos, reflejado en pinturas y grabados, homenaje a
historia y tradiciones en la estética del luto a modo de las viudas
castellanas.
Algún
que otro libro de Reglas lo representa, pinturas, grabados de la época que aún
persiste en otras localidades procedente de María de la Cueva, condesa viuda de
Ureña y Camarera Mayor de Isabel de Valois, donando en 1565, siglo XVI un traje
para ataviar de luto a María Santísima de la Soledad labrado por Gaspar Becerra.
Surge
una devoción clara a los Dolores de la Santísima Virgen,
extendiéndose por todos los territorios de la península, pudiendo encontrarse
aún una larga lista de viudas nobles de la corte castellana de Felipe II,
llegando a traspasar fronteras europeas y americanas.
Tradición
sevillana llegada entre el XVII y XVIII pudiendo mostrarse por ejemplo en el
Simpecado de la Hermandad
de los Negritos, momento en el que la
Virgen ofrece el cáliz con la sangre de su Hijo para el
perdón de los pecados. Otros claros ejemplos lo podemos ver en el palio del
Gran Poder o el libro de Reglas de la Macarena.
La Dolorosa del Plantinar muestra de nueva una
imagen de antaño con prendas de tonalidad negra, gola blanca, verdugado,
cíngulo y estola negro, paño, corona, media luna, ráfaga plateadas, pidiendo la
honra de sus hermanos Difuntos.
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